Descubre qué es el efecto rebote de las dietas y cómo puedes evitarlo

Septiembre es sinónimo de volver a empezar, de volver a la rutina, sobre todo después de un verano lleno de excesos, sol y relajación. Llegó la hora de empezar a hacer ejercicio de nuevo y de cuidar la alimentación, así eliminaremos los kilos de más con los que hemos vuelto este verano. ¡Pero cuidado con las dietas milagro! El llamado efecto rebote puede aparecer…

¿Sabes qué es el efecto rebote de las dietas? Te lo contamos todo

El efecto rebote es el principal enemigo de las dietas, especialmente de aquellas que prometen bajar mucho peso en poco tiempo. Se basa en volver a recuperar los kilos que se habían perdido durante la dieta, pero con interés, es decir, con más kilos de los que ya teníamos antes de empezar la dieta. Esto suele ocurrir en las dietas hipocalóricas, también conocidas como dietas milagro. Además, a largo plazo lo único que se consigue es aumentar el porcentaje de grasa corporal, por no hablar del hambre que se pasa. de ahí la importancia de elegir una buena dieta, seguirla estrictamente y seguir con unos hábitos de vida saludables para no recuperar los kilos perdidos durante el régimen.

¿Por qué aparece después de haber finalizado una dieta con éxito?

Las dietas estrictas son imposibles de sostener en el tiempo, acabaríamos enfermando y poniendo en riesgo nuestra salud y este no es el objetivo de hacer una dieta. Ya que, la mayoría, lo que hacen es reducir estrictamente la cantidad de comida ingerida y hacernos comer platos que no aportan el valor calórico diario que necesitamos y tampoco son equilibrados. Un dieta sana y equilibrada no se trata de dejar de comer sino de comer mejor y de dar al cuerpo los nutrientes y vitaminas que necesita. La clave está en seguir una alimentación equilibrada que nos permita ir perdiendo peso de manera progresiva.

Al comer menos de la cuenta, el metabolismo se ralentiza. Esto supone una disminución de la quema de calorías en reposo, es decir, el cuerpo por si solo eliminará menos calorías de lo habitual y la grasa se irá aposentando en el cuerpo porque el cuerpo lo interpreta como una falta de nutrientes y almacenará grasa corporal por si en un futuro la necesitara, como si de una hibernación se tratara.

Por otro lado, el músculo necesita de muchas calorías para mantenerse, con lo cual poco a poco irá disminuyendo. En consecuencia, la báscula dirá que pesamos menos, pero en realidad es porque estamos perdiendo músculo, no grasa. Consiguiendo justo lo contrario de lo que queremos, quemar grasa corporal y ganara masa muscular. Hasta que llega el momento que ya no podemos más y acabamos abandonando la dieta.

A partir de aquí, empieza el efecto rebote. Como nos hemos privado de la mayoría de alimentos que nos gustan durante el tiempo que ha durado la dieta, sentimos ansiedad y empezamos a comer en grandes cantidades. A partir de ese momento el cuerpo empieza a recibir una mayor cantidad de nutrientes y, como el metabolismo se había ralentizado, quemamos menos calorías de las que ingerimos. El resultado: volvemos a ganar peso. Recuperando el peso que habíamos perdido en un principio y llegando a tener más peso del que teníamos al inicio de la dieta. De ahí la importancia de que la dieta sea equilibrada, que aporte todos los nutrientes, proteínas, hidratos y demás propiedades que necesita el cuerpo. Es importante que se adapte a cada persona y que sea en función del objetivo que tengamos, ya sea perder peso, ganar masa muscular o tonificar. Y que la haga un profesional, porque una dieta no se trata de dejar de comer, si no de comer mejor, más sano y equilibrado.

¿Cómo se puede evitar que aparezca el efecto rebote tras una dieta?

  1. Llevar a cabo una dieta controlada

Para evitar el efecto rebote después de una dieta es importante que esta se adapte a nuestras necesidades y a nuestros objetivos, prevaleciendo siempre la salud. En una dieta no se debe de pasar hambre, ni dejar de comer alimentos, sino introducir aquellos que favorecen la pérdida de peso y regular los que contienen más calorías. Porque en el equilibrio está la clave del éxito de una dieta.

  1. Hacer ejercicio semanal

El deporte es imprescindible si se quiere adelgazar. Ejercitarse al menos 3 veces por semana, durante 20 minutos como mínimo, ayuda a mantener estable el funcionamiento del organismo, no ralentizar el metabolismo y mantener el sistema muscular. Además, se pierde peso más fácilmente si se combina dieta y ejercicio. Lo que os ayudará a llegar a vuestro objetivo más rápido y os hará estar más contentos, porque a parte de haceros perder peso y ganar masa muscular, al hacer deporte se liberan endorfinas, las hormonas de la felicidad y os iréis motivando constantemente y querréis seguir con vuestro plan de entrenamiento y vuestro régimen para hasta lograr el peso ideal.

  1. Seguir hábitos saludables

Una vez finalizada la dieta, el objetivo es mantenerse y no ganar peso, como con el temido efecto rebote. Para no deshacer todo lo que hemos conseguido hasta la fecha y que tantos esfuerzos nos ha costado y es que una vez veáis los objetivos logrados, no querréis volver a vuestro estilo de vida anterior. Posiblemente, el mantenerse en con el peso ideal sea lo más difícil. Para ello es necesario seguir haciendo deporte regularmente y alimentarse de forma equilibrada. Eso no quiere decir que no podamos darnos un capricho de vez en cuando.

Ánimo con la dieta y que no te sorprenda el efecto rebote…

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