Cumple tu propósito de hacer deporte

Desde ictiva, sabemos lo importante que es el deporte para la salud y, por ello, queremos que este año cumplas tus propósitos deportivos. No es extraño que la actividad física esté siempre presente en las listas de nuevos objetivos para el año venidero. La actividad física, además de afectar directamente a nuestra apariencia física, interviene positivamente en lo más importante: la salud. El problema es que, no siempre logramos implementar el deporte en nuestras vidas porque a mitad del camino tiramos la toalla.

Este es el motivo por el que hemos elaborado este artículo, para reafirmarte en tu deseo, recordándote los beneficios del deporte, dándote consejos para hacer que este año sí consigas tu meta y, te planteamos una serie de propósitos que van alineados con tu meta de llevar una vida saludable. Queremos animarte a hacer deporte en este año que empieza.

 

¿Aún no lo sabes? Beneficios del deporte en tu cuerpo

 

Mejora la esperanza de vida si lo practicamos de forma frecuente.
Interviene directamente en la calidad del sueño.
Cuando realizamos deporte estamos eliminando toxinas.
Disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Ayuda en la mejora de la circulación sanguínea y pulmonar.
Aumenta la fuerza, la flexibilidad y la resistencia de los huesos.
Reduce el estrés y la ira, ayudando a nuestro sistema nervioso.
Afecta positivamente en la actitud y la autoestima.
Nos re-conecta con nosotros/as mismos/as y con nuestra respiración.
Favorece el control de peso y crea hábitos saludables.

 

Fíjate objetivos realistas

Es algo obvio, pero solemos tropezar con este asunto al inicio de nuestro camino. Primero de todo, es primordial pararte a pensar cuál es tu condición física, cuándo fue la última vez que entrenaste y durante cuánto tiempo. Es importante conocer cuáles son tus fortalezas y debilidades en cuanto a realizar actividad física para poder elaborar un plan duradero.
Te ponemos un ejemplo: Si sabes que a la tarde, tras tus ocupaciones, siempre surgen quehaceres que te impiden entrenar, haz deporte por la mañana antes de empezar la jornada laboral. De este modo, te aseguras que nada se interpondrá en tu objetivo.

En cuanto a la frecuencia, de forma sensata, márcate un número de días por semana y una duración del entrenamiento. Es mejor comenzar por tres sesiones en semana de 20 minutos de duración y cumplirlo, semana tras semana, que dejarte la piel un día de cada diez. Lo principal es ser constante para establecer una rutina. Sentar hábitos te ayuda a obtener retos mayores.

 

Siempre de menos a más

¿Qué quieres lograr? Una vez establezcas un horario, empieza por ponerte en práctica en el tiempo que te hayas propuesto. ¿Lo aguantas bien? ¿Puedes aumentar un poco o mejor disminuir unos minutos? Márcate un nivel inicial que puedas realizar a buen ritmo hasta el final y no te frustre. Poco a poco, se trata de ir aumentando la duración e intensidad porque, a la vez que trabajamos y aumentamos la resistencia frente al entrenamiento, podremos ponernos metas más complejas. Si no quieres centrarte en una práctica concreta, como por ejemplo correr, y deseas trabajar distintas áreas, alterna las sesiones.

Toma nota de lo siguiente: Nuestros objetivos deben suponer un reto. Si no modificamos la intensidad de nuestros retos, nos quedaremos en el mismo lugar. Tenemos que marcarnos pequeñas metas que nos queden uno paso por delante del punto en el que estamos, que supongan un desafío pero que sea alcanzable. De este modo, entrenamos en cuerpo y la mente en la motivación.

 

El compromiso con tu meta

¿Por qué quieres conseguir tu propósito? Encontrar dentro de ti los motivos, qué razón tienes para alcanzar tu objetivo, es el primer paso para comprometerte. Este consejo es muy valioso porque será tu as en la manga en los momentos difíciles. Habrán días en los que te pondrás excusas y, el modo de callarlas y levantarte a entrenar será tu motivación.

Cuando tengas claro qué es lo que te mueve, el único modo de comprometerte es empezar a hacer ejercicio. Pero eso sí, es importante comenzar con una meta basada en lo que a ti te motiva.  A medida que vayas entrenando, irás viendo sus efectos positivos que te arraigarán aún más a tu motivación, hasta que lo conviertas en un hábito.

Grábate esta frase: Parar lograr un objetivo, tienes que estar comprometido/a con él.

 

Propósitos deportivos relacionados

Para acabar, te proponemos una serie de retos que van directamente relacionados con tu objetivo. Toma nota y tenlos en un lugar visible. Cuando conviertas la actividad física en un hábito, lo ideal es que los tengas tan implementados y no tengas la necesidad de leerlos.

Movimiento a diario, aunque no toque entrenar, ya sea en la calle o en casa.
Llevar una dieta saludable y equilibrada.
Hacer ejercicio cardiovascular específico.
Hacer ejercicio para la flexibilidad.
Caminar cada día un rato, ya sea a paso ligero o paseo.
Encontrar un rato en el día para nuestra práctica deportiva.
Fijarnos nuevos retos deportivos cada cierto tiempo, para no aburrirnos.
Dar descanso a nuestro cuerpo y no sobrecargarlo.
Hacer estiramientos antes y después de hacer deporte.
Poner atención a nuestra respiración al realizar la actividad física.

 

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